El reciente bombardeo de Israel sobre territorio iraní volvió a encender las alarmas en los mercados internacionales, y uno de los efectos más inmediatos fue el incremento abrupto en el precio del petróleo. Las cotizaciones de los principales referentes del crudo registraron su nivel más alto en dos meses, reflejando la creciente incertidumbre por la situación geopolítica en Medio Oriente y el temor a posibles interrupciones en el suministro.
Durante la madrugada del viernes, la agencia Reuters reportó que el alza del precio del petróleo llegó a rondar el 9%. Los futuros del crudo Brent subieron U$S 6, alcanzando los U$S 75,36 por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) avanzó U$S 6,16 hasta situarse en U$S 74,20. Por su parte, AFP indicó que el aumento llegó al 12%, dejando en evidencia la volatilidad generada por el conflicto entre Israel e Irán.
Incluso antes de que se conocieran cifras definitivas, algunos medios ya anticipaban el impacto. The New York Times, por ejemplo, había informado desde la noche del jueves que el valor del petróleo crudo se había incrementado en al menos un 8%. “El precio del futuro del crudo Brent escaló hasta los U$S 75 por barril”, consignó el diario estadounidense.
Uno de los puntos clave en el conflicto es la ubicación estratégica de Irán en el estrecho de Ormuz, por donde transita una parte fundamental de las exportaciones de crudo a nivel mundial. “La posición de Irán puede incidir directamente en el precio de petróleo a nivel mundial a raíz de estar en el lado norte del estrecho de Ormuz, en la salida del golfo Pérsico, lo que la posiciona para bloquear gran parte de las exportaciones de petróleo de Irak, Kuwait, Arabia Saudita y otros estados más pequeños del golfo Pérsico si decide hacerlo en represalia por el ataque israelí”, explicó el mismo medio.
Los datos más recientes confirman la tendencia alcista. Los futuros del crudo Brent habían subido U$S 3,91 (5,64%), llegando a U$S 73,27 por barril, el punto más alto desde el 3 de abril. En paralelo, el WTI avanzó U$S 4,09 (6,01%) y se ubicó en U$S 72,13 por barril.
Para los expertos, el conflicto entre Israel e Irán podría generar un efecto dominó si escala aún más. “El ataque israelí a Irán ha elevado aún más la prima de riesgo”, opinó Saul Kavonic, analista principal de energía de MST Marquee. “El conflicto tendría que escalar hasta el punto de que Irán tomara represalias contra la infraestructura petrolífera de la región antes de que el suministro de petróleo se viera realmente afectado de forma material”, añadió.
Kavonic también planteó un posible escenario extremo: si Irán decidiera interrumpir el tránsito de crudo por el estrecho de Ormuz o atacar infraestructura petrolera clave, se podría retirar del mercado hasta 20 millones de barriles diarios de petróleo.
En ese sentido, las cifras brindadas por AFP reflejan el nerviosismo en los mercados. El barril del WTI norteamericano subía 6,3% y llegaba a U$S 72,29, mientras que el Brent del mar del Norte aumentaba 5,7% para situarse en U$S 73,29.
El encarecimiento del petróleo tiene consecuencias inmediatas en los mercados globales. Con una suba que supera el 7% para el Brent, los sectores exportadores de petróleo ven una oportunidad de mejora en su balanza comercial energética. Sin embargo, este mismo aumento podría trasladarse a los precios en surtidor de naftas y gasoil, generando presiones inflacionarias a nivel local.
En mayo, los precios en los surtidores habían caído un 4% tras una baja en la cotización del barril. Pero ahora, con el petróleo nuevamente en alza y la tensión entre Israel e Irán sin señales de alivio, todo indica que los valores en el mercado interno volverán a cambiar de rumbo.